
La presa Arroyito aumentará el caudal que deja pasar hacia los valles desde los actuales 650 metros cúbicos por segundo a 800. Esta decisión fue respaldada por la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) y tiene como objetivo satisfacer las necesidades de generación de electricidad y, al mismo tiempo, aliviar embalses en caso de recibir un aporte extraordinario de agua desde las montañas. Con este incremento en el caudal, se busca garantizar un suministro adecuado de energía eléctrica y gestionar de manera eficiente los recursos hídricos de la región.
El secretario de Operación y Fiscalizaciones de la AIC, Julio Porrino, afirmó medios radiales que «esta medida tiene que ver con dos cosas: la tendencia del año está cambiando, porque hay una gran acumulación de agua en el embalse del Río Limay y los pronósticos sobre los embalses siguen siendo alentadores. Esto se traduce en que se autorizó a usar más agua para generar energía, una situación que no ocurría desde el 2021».
Después de un prolongado período de más de 15 años de sequía, la cuenca del río Neuquén experimentó un evento extraordinario en junio pasado. Una combinación de abundantes lluvias y altas temperaturas provocó un deshielo acelerado en la zona. El complejo Cerros Colorados, que incluye dos lagos y cuatro presas, logró contener gran parte de ese volumen de agua. Sin embargo, para evitar el desbordamiento y aliviar la presión en los embalses, fue necesario abrir el flujo hacia los valles.
«En el río Neuquén nos vimos sorprendidos porque el agua alcanzó niveles que no se registraban desde el 2006 o 2008. No sería raro que suceda lo mismo en el Limay», agregó Porrino.