Analistas prevén que el dólar oficial podría arrancar cerca de $1.320 en la city porteña, según estimaciones que circulan en el sector financiero, dado que el tipo de cambio cerró el viernes en $1.078 y la liberación podría generar una devaluación inicial de al menos un 15%. El Banco Central (BCRA) intervendrá solo si el valor toca los extremos de la banda ($1.000 o $1.400), lo que introduce incertidumbre sobre cómo se comportará la demanda de divisas en las primeras horas.
La eliminación del límite de USD 200 mensuales para compras de dólares por parte de personas físicas es una de las medidas más resonantes, vigente desde 2019. Esto permitirá a los ciudadanos acceder al mercado oficial sin restricciones, aunque se mantiene un recargo del 35% para gastos turísticos y pagos con tarjeta en el exterior, lo que podría moderar la presión sobre el tipo de cambio.
El nuevo esquema elimina el dólar blend y flexibiliza pagos de dividendos para empresas a partir de 2025, según el comunicado del BCRA. Para deudas acumuladas hasta 2024, se emitirán nuevos Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL), una herramienta diseñada para ordenar pasivos sin desestabilizar el mercado, aunque su efectividad dependerá de la confianza de los inversores.
El respaldo del FMI, con USD 15.000 millones de libre disponibilidad en 2025, busca fortalecer las reservas del BCRA, que podrían alcanzar USD 23.100 millones con aportes de otros organismos y un nuevo repo de USD 2.000 millones. Este colchón financiero es clave para sostener la flotación sucia, un sistema donde el BCRA puede intervenir ante volatilidades extremas, según explicó Caputo en conferencia de prensa.
El mercado espera volatilidad inicial, pero el Gobierno confía en que la medida atraiga inversiones. Caputo destacó que la liberación del cepo era una condición esperada por capitales extranjeros, lo que podría impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, algunos economistas advierten que una suba abrupta del dólar podría reavivar la inflación, que ya mostró signos de repunte en marzo.
Críticas de la oposición, como las de Cristina Fernández de Kirchner, señalan riesgos de inestabilidad. La ex presidenta advirtió sobre un posible “fracaso” del plan, mientras el gobernador Axel Kicillof cuestionó la estrategia económica. Estas tensiones políticas añaden un telón de fondo complejo al debut del nuevo régimen cambiario este lunes.
La flotación sucia, utilizada en Argentina entre 2002 y 2023 con variantes, implica que el tipo de cambio se ajustará por oferta y demanda dentro de las bandas, con un deslizamiento mensual de -1% en el piso y +1% en el techo. Según expertos como Emiliano Libman, este esquema busca un equilibrio entre flexibilidad y control, pero su éxito dependerá de la capacidad del BCRA para gestionar las expectativas del mercado desde las 10 de la mañana.
