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Quién es Robert Prevost, el nuevo papa elegido

En un hecho histórico para la Iglesia Católica, Robert Prevost, de 69 años y originario de Chicago, Illinois, fue elegido como el nuevo papa, tomando el nombre de Leo XIV. La elección rompe un precedente histórico ya que Prevost se convierte en el primer pontífice nacido en Estados Unidos y el segundo en nacer en […]

En un hecho histórico para la Iglesia Católica, Robert Prevost, de 69 años y originario de Chicago, Illinois, fue elegido como el nuevo papa, tomando el nombre de Leo XIV. La elección rompe un precedente histórico ya que Prevost se convierte en el primer pontífice nacido en Estados Unidos y el segundo en nacer en América.

Con un pensamiento político considerado centrista, se lo considera como un puente entre el progresismo y lo institucional. Mantenía una relación cercana con el Papa Francisco, quien lo veía como posible sucesor, cuando lo conoció en el 2018 durante su labor ministerial en Perú.

Su designación se produjo tras un cónclave que duró dos días, culminando con un anuncio desde el balcón de la Basílica de San Pedro, donde el nuevo Papa ofreció sus primeras palabras en italiano y español, enfatizando un mensaje de paz, diálogo y evangelización misionera.

Robert Francis Prevost nació en Chicago el 14 de septiembre de 1955, en una familia con raíces multiculturales: su padre, Louis Marius Prevost, era de ascendencia francesa e italiana, veterano de la Segunda Guerra Mundial y administrador escolar, mientras que su madre, Mildred Martínez, era de origen español.

 

Creció en el seno de esta familia junto a sus dos hermanos, Louis Martín y John Joseph. Su conexión con la Iglesia comenzó desde temprana edad, sirviendo como monaguillo en la parroquia de St. Mary of the Assumption, ubicada en el sur de Chicago. Su temprana participación podría haber influido en su posterior decisión de dedicarse a la vida religiosa.

Su formación académica comenzó con los estudios secundarios en el seminario menor de la Orden de San Agustín, los cuales completó en 1973. Posteriormente, en 1977, obtuvo una licenciatura en Matemáticas de la Universidad de Villanova. Esta formación en matemáticas podría haber cultivado en él habilidades analíticas y de resolución de problemas, herramientas valiosas para la administración dentro de la Iglesia.

Su compromiso con la vida religiosa se formalizó en septiembre de 1977, cuando ingresó a la Orden de San Agustín. Realizó sus primeros votos en septiembre de 1978 y sus votos solemnes en agosto de 1981. Su formación teológica continuó con una Maestría en Divinidad de la Catholic Theological Union en Chicago, que obtuvo en 1982.

Este logro lo convirtió en el primer alumno de CTU en ser nombrado cardenal. Su camino hacia el sacerdocio culminó con su ordenación el 19 de junio de 1982 en Roma, por el arzobispo Jean Jadot. Posteriormente, profundizó sus estudios en derecho canónico, obteniendo una licenciatura en 1984 y un doctorado en 1987 del Pontificio Colegio de Santo Tomás de Aquino en Roma (Angelicum). Su tesis doctoral se centró en el papel del prior local dentro de la Orden de San Agustín.

En 1985, Prevost se unió a la misión agustiniana en Perú, marcando el inicio de una extensa labor pastoral en América Latina. Sirvió como canciller de la Prelatura Territorial de Chulucanas entre 1985 y 1986. Regresó a Perú en 1988, donde dirigió el seminario agustiniano en Trujillo durante una década.

Durante este tiempo, también impartió clases de derecho canónico en el seminario diocesano y se desempeñó como prefecto de estudios. Su compromiso con la comunidad local se extendió a su rol como juez del tribunal eclesiástico regional y miembro del colegio de consultores de Trujillo, además de liderar una congregación en las afueras de la ciudad.

El 3 de noviembre de 2014, el Papa Francisco nombró a Prevost Administrador Apostólico de la Diócesis de Chiclayo (Perú) y Obispo Titular de Sufar , siendo consagrado obispo el 12 de diciembre de 2014. Fue nombrado Obispo de Chiclayo el 26 de septiembre de 2015 y ese mismo año se convirtió en ciudadano peruano.

Dentro de la Conferencia Episcopal Peruana, sirvió como vicepresidente (2018-2020) y presidente de la Comisión de Educación y Cultura (desde 2019) , además de ser miembro del liderazgo de Cáritas Perú. También fue Administrador Apostólico de Callao del 15 de abril de 2020 al 26 de mayo de 2021. Su extensa labor en Perú durante más de dos décadas le proporcionó una profunda comprensión de la Iglesia en América Latina, donde reside la mayor parte de la población católica mundial.

El 30 de enero de 2023, el Papa Francisco nombró a Prevost Prefecto del Dicasterio para los Obispos y Presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, cargos que asumió el 12 de abril de 2023. Este es un puesto de gran influencia dentro del Vaticano, ya que supervisa la nominación y el escrutinio de los obispos en todo el mundo. Al asumir estos cargos, fue elevado al rango de Arzobispo (título personal).

El Papa Francisco lo nombró como Cardenal-Diácono de Santa Mónica, tomando posesión de su iglesia titular el 28 de enero de 2024. Posteriormente, el 6 de febrero de 2025, fue nombrado Cardenal-Obispo de Albano. Su rápido ascenso en el Vaticano sugiere una relación cercana y una gran confianza por parte de Francisco, quien incluso lo consideraba su «heredero aparente» y confió en él para puestos clave.

Prevost también jugó un papel importante en la implementación de una reforma que permite a las mujeres votar en las recomendaciones de candidatos a obispo que se envían al Papa. Su nombramiento como Prefecto del Dicasterio para los Obispos fue visto como una señal de la confianza de Francisco, quien buscaba a alguien con experiencia misionera y fuera de la Curia Romana para este importante rol. Prevost participó en el funeral del Papa Francisco en abril de 2025.
En cuanto a su pensamiento político e inclinación dentro de la Iglesia Católica, Robert Prevost es generalmente considerado un centrista. Se le ve como progresista en temas sociales, mostrando una preocupación similar al Papa Francisco por los pobres, los migrantes y otros grupos marginados. Su labor en Perú, donde trabajó con inmigrantes venezolanos, es un ejemplo de su compromiso con estos temas.

Sin embargo, en doctrina se le considera conservador, oponiéndose a la ordenación de mujeres como diáconos, postura que comparte con Francisco. Prevost también apoya la visión de Francisco de una Iglesia más inclusiva y participativa. En una entrevista, afirmó que «el obispo no debe ser un pequeño príncipe sentado en su reino», sino alguien humilde y cercano a la gente.

Algunos analistas lo describen como un «término medio digno» entre las facciones progresistas y conservadoras de la Iglesia. Se le considera un firme partidario del papado de Francisco, especialmente en su compromiso con la justicia social.

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