
La velocidad máxima se reducirá de 110 a 80 km/h en los 50 kilómetros críticos de la traza, donde se registraron múltiples choques mortales en los últimos meses. Para garantizar el cumplimiento, se establecerán puestos de control cada 10 kilómetros, con personal mixto de la policía y la Secretaría de Emergencias. En el kilómetro 25 se instalará una base sanitaria operativa las 24 horas, equipada con ambulancia y móvil de respuesta inmediata.
Ortiz Luna subrayó que uno de los factores más peligrosos son las maniobras de sobrepaso a altas velocidades, detectándose vehículos circulando a 160 y hasta 183 km/h. Estas acciones, en combinación con la intensa circulación de camiones y vehículos particulares, agravan el riesgo de colisiones frontales en tramos rectos y sin separación física.
Entre las obras complementarias previstas, se construirán dársenas de sobrepaso y se mejorarán banquinas, aunque los plazos de ejecución dependerán de la disponibilidad presupuestaria. Mientras tanto, se busca ordenar la circulación de tránsito pesado mediante recomendaciones horarias, sugiriendo evitar la franja entre las 6 y las 10 de la mañana y de 17 a 21 horas, cuando se registran más siniestros.
Los controles incluirán radares disuasivos y de infracción, además de test de alcoholemia obligatorios. La Ley de Radares ya fue reglamentada a nivel provincial, y se evalúa incorporar tecnología móvil y fija para fiscalizar en tiempo real. También se activarán las básculas de Vialidad para controlar el peso de camiones, en coordinación con el Ministerio de Transporte y el Ministerio de Trabajo.
Se trabajará en conjunto con gremios y empresas operadoras petroleras, muchas de las cuales ya controlan la velocidad mediante GPS. No obstante, Ortiz Luna advirtió que existen subcontratistas y trabajadores independientes sin restricciones, por lo cual estas medidas buscan generar un estándar de seguridad aplicable a todo el caudal vehicular que utiliza la ruta diariamente.
La reducción de velocidad no representa un perjuicio significativo para los tiempos de viaje, aseguró Ortiz Luna. “La diferencia entre circular a 110 km/h y a 80 km/h es de apenas nueve minutos en todo el tramo crítico”, explicó, desmintiendo que estas decisiones sean arbitrarias o que perjudiquen gravemente la logística de las empresas.
El operativo será evaluado semanalmente y ajustado según los resultados, con especial atención en los días miércoles y sábados, donde se registra el mayor número de incidentes por recambio de turnos petroleros. “Estas no son medidas simpáticas, pero el objetivo es salvar vidas, y una autovía no se construye de un día para otro”, cerró Ortiz Luna.