
Desde ese momento, no se volvió a tener contacto con la mujer, quien había abandonado su domicilio en el barrio Hipódromo y se había mudado recientemente a Confluencia. La denuncia fue radicada el 30 de septiembre por una amiga y compañera de trabajo, lo que activó la intervención de la Fiscalía de Delitos contra las Personas, a cargo del fiscal Andrés Azar, junto con el Departamento de Seguridad Personal de la Policía.
Catalán explicó que la búsqueda se concentró en la zona ribereña, con apoyo de bomberos, personal montado y drones, aunque las condiciones climáticas demoraron algunos procedimientos. Además, se realiza un análisis exhaustivo de cámaras de seguridad y de la evidencia digital, sin que hasta el momento se haya logrado ubicar imágenes recientes de la mujer.
También se confirmó que Semeñenko tenía turnos médicos programados para el 25 y 26 de septiembre, a los que no asistió. Los registros de migraciones y tránsito nacional no arrojaron movimientos, lo que refuerza la hipótesis de que no salió de la provincia.
“No tenemos una pista precisa. Vamos analizando cada indicio que surge. El último rastro es digital, en la zona del río, y seguimos chequeando día a día la información”, precisó Catalán.
La Policía pidió la colaboración de la comunidad y solicitó a quienes puedan aportar información que se comuniquen con la dependencia policial más cercana, al número de emergencias 101, o directamente con el Departamento de Seguridad Personal al 44 82 040.
El operativo continúa bajo estricta reserva judicial, y tanto familiares, amigos y compañeros de trabajo mantienen una intensa campaña de visibilización en redes sociales y en la vía pública con el pedido urgente de que Azul aparezca con vida.