
Esa naturaleza, hoy afectada por el cambio climático, es foco de sus preocupaciones sumado a que ve que en los campos está quedando sólo gente grande. Habiendo concretado ese sueño de regresar, Matías comenzó a capacitarse con técnicos extensionistas de distintos organismos y profundizó sus conocimientos en manejo regenerativo, buenas prácticas y certificaciones de calidad como por ejemplo la certificación internacional Wildlife Friendly™ (WFEN) que obtuvo de WCS Argentina en reconocimiento a sus esfuerzos para promover la coexistencia con la fauna nativa de la estepa patagónica mediante el manejo sustentable de su producción.
Así se convirtió en acondicionador de los programas Mohair y Prolana y aprendió a cuidar el suelo, principal eslabón para mejorar todo el circuito productivo. Visiblemente emocionado, Matías dio una conferencia de prensa en Junín de los Andes, para contar que todos estos aprendizajes lo llevaron por estos días a Lisboa, Portugal, punto de encuentro global de la industria textil sustentable con la realización de la conferencia anual de Textile Exchange. Se trata de la organización líder en promover prácticas responsables en la producción textil a nivel mundial.
Allí compartió la experiencia de los productores patagónicos en el manejo regenerativo de la ganadería y la coexistencia con la fauna local.
Para poder contar esta experiencia, transmitió a los presentes beneficios concretos en su producción. “Me siento feliz conmigo mismo y agradecido. He logrado un equipo y hemos hecho historia en la comunidad”, expresó Matías.
“Cuando volví a la comunidad, vi que vendían a muy bajo precio los productos y pensé que teníamos que agregarles valor porque se trata del trabajo de todo un año como para ponerle un precio bajo”, indicó.
“Manejo regenerativo, planificación de pastizales, todo lo que tiene que ver con la ganadería es lo que empezamos a implementar. Siento que es importante dejar este mensaje de que se puede, que se ven los resultados. Ojalá este manejo se multiplique”, añoró.
En relación al cambio climático, sostuvo que “hemos estado descuidando a nuestra mapu (tierra), y el tiempo de hacer algo es ahora”.
“Hoy los campos no tienen pasto, no ha llovido. Hicimos las mediciones y no llegó a los 150 mm cuando siempre fueron 300 mm. Es un problema al que tenemos que adaptarnos, esto va a seguir. Cada vez será peor”, opinó.
“Donde estamos nosotros antes caían 2 o 3 metros de nieve, ahora con suerte nos caen 10-20 cm, imagínense si no cambió la cosa”, remarcó.
Remarcó la importancia de hacer talleres de capacitación para incentivar a otros productores, tarea que trata de replicar todo el tiempo donde vaya. “En las organizaciones y comunidades de alrededor están quedando solo las personas mayores y es muy difícil hacerles entender la implementación de estas nuevas tecnologías. Ahora tenemos un año seco y la solución no es salir a comprar forraje, tenemos que buscar otra forma. Quiero que el día de mañana no seamos cinco productores capacitándonos, sino que seamos 50, 100, cada vez más”, señaló.
“Tenemos muchas herramientas, empecemos a implementarlas –convocó-. Tenemos que empezar a valorizar bien la producción y eso es lo que venimos haciendo, impulsando y ayudando”.
Su papá trabajaba desde hacía 15 años con el mohair, por eso Matías se interesó en hacer el curso de acondicionador y replicarlo en su comunidad. Eso fue un disparador “para poder agregarle valor también a la lana”, como señala, y así encontró que podían hacer PROLANA y fue a capacitarse también como acondicionador en ese programa.
“Los productores no lo podían creer cuando empezamos a trabajar con esto, nunca pensaron que podíamos levantar algo que se había perdido. Eso me enorgullece, ver contentos a mis compañeros. En los ´90 habían hecho PROLANA y lo dejaron caer porque había caído el precio de la lana”, recordó.
“Trajimos las capacitaciones de Mohair y PROLANA dentro de la comunidad, nos costó, pero lo hicimos y hoy tenemos acondicionadores y esquiladores”, aseguró.
Los resultados ya comenzaron a verse: el año pasado juntaron casi 10.000 kilos de lana, “que no es poca cosa” -dijo-, teniendo en cuenta que comenzaron con 2000. “No lo vendimos acá en el país, lo exportaron los productores que es lo importante. Fue un trabajo en conjunto, acompañado por técnicos, por eso digo que tenemos que salir y recorrer, conocer, aprender, poner en valor el trabajo. Nuestra lana la llevamos a Italia el año pasado, y a Uruguay y con el mohair llegamos a Sudáfrica”, repasó.
Para explicar qué representó para su familia la implementación del manejo regenerativo apeló a un ejemplo práctico: “Mi viejo tenía un promedio de 80 animales y por invierno compraba 100-200 fardos de pasto. Ahora tiene gasto cero en fardos. Desde que empezamos a hacer el manejo tiene más pasto que animales, entonces tuvimos que empezar a arrendar porque necesitamos que el pasto sea comido”, indicó.
“No es difícil -aseguró-, hay que intentarlo, dar el primer paso. Yo arranque con un potrero y hoy tenemos 12 cuadros. Antes tenía el 5-10% de parición, hoy tenemos el 100-120% gracias al maneo que vengo haciendo. Mi viejo antes vendía la lana por 2,50, hoy triplicó, saca mucho más. Ahí fuimos invirtiendo en el campo”.
Tras la experiencia que fue ganando en su regreso al campo, Matías incentivó a otros productores neuquinos a que “empiecen a planificar su pastoreo, vean cuantas son sus hectáreas, cuantos animales tienen. A los que quieren vender todo e irse al pueblo les digo que no, que se están equivocando. No están viendo que la tecnología está avanzando”.
“Las estancias antes ocupaban 10 personas para limpiar un canal, hoy una sola persona más tecnología pueden hacerlo. Dentro de 10 años vamos a recorrer con un drone, no vamos a salir al campo. Son cosas que por ahí los productores no ven porque nadie se las dice, yo he tenido la suerte de tener fotos y mostrarles los avances”, relató.
“También hemos implementado perros protectores de majada y se terminó la depredación o bajó un 90%, antes se comían las crías los zorros, pero no tenemos que matarlos. podemos convivir con la fauna autóctona”, señaló en función a la tecnología de manejo que estas herramientas suponen.