El pedido de justicia a seis años del accidente de Natalia Mendoza

La historia de una menor que sufrió un terrible accidente en la vereda de su casa y luego de seis años su mamá aún reclama por justicia para su hija. Cuando las responsabilidades de subsanar una herida permanente en la comunidad terminan siendo sólo un borroso recuerdo y una angustia latente para quienes la padecen.  […]

La historia de una menor que sufrió un terrible accidente en la vereda de su casa y luego de seis años su mamá aún reclama por justicia para su hija. Cuando las responsabilidades de subsanar una herida permanente en la comunidad terminan siendo sólo un borroso recuerdo y una angustia latente para quienes la padecen. 

El 15 de marzo de 2018, con tan solo 7 años, Natalia Mendoza salió de su casa a llamar a su hermano para tomar la leche y, en cuestión de segundos, todo fue dolor, gritos y llantos: una enorme columna de cemento, que estaba apilada sobre la vereda, rodó y le destrozó la pierna derecha.

En diálogo con Radio 7, Marcela Mendoza, mamá de Natalia, explicó que la empresa contratista, Hugo Calio, se encontraba realizando una obra de electricidad en la toma La Familia y dejó varios postes de concreto apilados en la vereda, se zafaron y uno aplastó a la joven Natalia.  

“Seis años pasaron de ese caso y hasta el día de hoy nadie se acercó a verla, nadie se ha acercado a preguntar cómo está la nena; si necesita más cirugías. Los responsables son varios: la municipalidad por no controlar los postes en la vereda, la empresa y urbanismo”, sostuvo Marcela.

Esa tarde de marzo de 2018, había ocho postes de cemento apilados en una de las paredes de la Escuela Primaria Nº180 «Perito Pascasio Moreno» sobre la calle Verzegnassi, frente a la casa en donde vivía Natalia el día que ocurrió el accidente.

Si bien la constructora responsable del trabajo en obra, confirmó que trabajaban con la cobertura de un seguro contra accidentes y que, además, habían realizado en su momento la presentación para brindar la cobertura a la familia de Natalia, hoy el juicio tiene curso legal y se encuentra en manos de los abogados. 

“Estoy sola con mi hija comprando las cremas que necesita para las cicatrices por un valor de $20 mil pesos, recibo ayuda de la familia de la iglesia porque no tengo un peso para poder comprarla. Mi deseo es que no vuelva a pasarle algo similar a una criatura como le sucedió a mi hija”, sostuvo Marcela Mendoza.

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