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Infancias conectadas: el debate y las alertas sobre la exposición de pantallas

El uso de pantallas en las infancias se convirtió en un debate recurrente en la era digital, ya que se analizan si los contenidos educativos realmente enseñan, si la exposición a pantallas promueven la distracción o simplemente encontrar el equilibrio entre el juego analógico y virtual. Durante la Ecolumna en Radio 7 de Daisy Ros […]

El uso de pantallas en las infancias se convirtió en un debate recurrente en la era digital, ya que se analizan si los contenidos educativos realmente enseñan, si la exposición a pantallas promueven la distracción o simplemente encontrar el equilibrio entre el juego analógico y virtual.

Durante la Ecolumna en Radio 7 de Daisy Ros se desarrolló el vínculo entre la tecnología, desarrollo infantil y el rol de los adultos en el acompañamiento. Desde las pantallas del Sega, celulares y videojuegos, el foco siempre está en los efectos del tiempo de exposición a dispositivos electrónicos en el aprendizaje y entretenimiento de los más chicos.

“Antes teníamos pocos canales de televisión, de hecho no había computadora en algunas casas pero había un debate similar, el tiempo frente a las pantallas. El debate cambia pero el instrumento, el objeto de consumo es el mismo, el tiempo de exposición de pantallas” explicó Ros.

El debate se centra en cómo influye el consumo de contenidos digitales en las etapas tempranas del desarrollo. A esto se suma el avance de las nuevas tecnologías y soportes virtuales como la inteligencia artificial, que multiplican las vías de acceso y uso.

El intercambio se enfocó en no erradicar las pantallas, sino en analizar los tiempos y las formas que menos afecten a las infancias. En la actualidad, muchos padres entregan dispositivos móviles a sus hijos para calmarlos en situaciones específicas, como esperas médicas, reuniones o durante el trabajo del adulto. Pero los especialistas advierten que el exceso y la falta de supervisión pueden afectar el desarrollo neurológico, emocional y social.

“El problema acá tiene que ver con el acompañamiento que da el adulto, es importante hablar con los pediatras, porque hay conexiones neuronales que dependen de programas biológicos intrínsecos que depende el ambiente donde se desarrollan las experiencias vividas, las relaciones sociales, emocionales que se establecen que van quedando en la memoria hacia la adultez de esa infancia” indicó Ros.

La tecnología también puede ser una herramienta positiva, utilizada de una manera acertada puede estimular la creatividad, el lenguaje, la lógica y hasta el aprendizaje de idiomas. Pero el riesgo está en la sobreexposición, la falta de límites y el consumo indiscriminado de contenidos, que puede generar adicción, dificultades de atención e incluso problemas de conducta.

“El problema no es que le des un celular a un chico, sino que les un contenido útil, interesante. Chequees lo que está mirando porque puede dificultar la capacidad de aprendizaje de la infancia. También chequear que está mirando por el grooming y que el chico entienda que no tiene que abusar del celular” concluyó Ros.

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