En diálogo con Radio 7, el comisario Miguel Poblete, explicó que el episodio comenzó a las 18:30 y se extendió hasta las 4:00. Durante ese lapso los reclusos provocaron un motín para distraer a los celadores. Desde el exterior se coordinaron refuerzos del Grupo Requisa y Bomberos Voluntarios. Las fuerzas retomaron el pabellón A sin comprometer la seguridad del resto de los internos.

El único herido fue un agente golpeado en el rostro pese al casco reglamentario. Recibió impactos de palos y un arma artesanal tipo lanza confeccionada en el taller clandestino de los presos. El penitenciario fue atendido de inmediato y quedó fuera de peligro. No se registraron secuelas psicológicas en el personal que participó del operativo.

Las autoridades confirmaron que el motín era la excusa para consumar la fuga. Los internos exigían el traslado de un compañero para sumar confusión a la revuelta. La dirección penitenciaria ya sospechaba la conspiración por conductas previas y mensajes interceptados. La inteligencia carcelaria había programado inspecciones que se adelantaron horas antes del hecho.

Los reos habían cortado hierros para ganar altura y sortear el perímetro perimetral. No cavaron túneles; apostaban a la confusión y a la rapidez del escape. Un punto ciego en la zona posterior del predio era el objetivo final. El sistema de cámaras detectó movimientos inusuales y alertó a los celadores en el momento crítico.

En total participaron ocho presos de los 24 alojados en ese módulo. El resto permaneció en sus celdas sin sumarse a la revuelta. La separación inmediata evitó contagio de la violencia y contuvo la propagación del fuego inicial. Después del operativo cada celda fue revisada en busca de nuevas armas y daños estructurales.

Todos los implicados fueron derivados a la Comisaría 48 para imputaciones penales. Se les abrió causa por daños, lesiones y resistencia a la autoridad. A nivel interno afrontan sumario disciplinario con intervención de la Defensoría Pública. Fiscalía y el Juzgado de Garantías ya tomaron conocimiento para dictar eventuales medidas cautelares.

El comisario Miguel Poblete elogió la “actuación espectacular” de su equipo y pidió más recursos. Destacó la ausencia de víctimas graves como prueba de profesionalismo del servicio. Anunció que se reforzarán los controles y la formación táctica para prevenir nuevos intentos. El episodio reabre el debate sobre la seguridad carcelaria y la sobrepoblación en Neuquén.