Según explicó el jefe comunal, la Ruta 7 —colapsada por el tránsito pesado hacia Vaca Muerta y el crecimiento urbano— se convirtió en una avenida urbana de alto riesgo, con múltiples accidentes fatales en los últimos años. “Hoy la Ruta 7 ya no es una vía rural, es una arteria urbana con circulación intensa y sin medidas de control suficientes”, advirtió.

“No alcanza con el mantenimiento. Necesitamos radar, cartelería, reductores y un compromiso social para frenar esta tragedia vial”, remarcó Cimolai.

Durante el encuentro, se destacó el trabajo conjunto con la provincia para mantener la ruta en condiciones, pero se reconoció que eso no es suficiente para reducir los choques. Entre las medidas propuestas se incluye:

• Construcción de una rotonda frente a la estación de servicio Puma, aprobada y a la espera de financiamiento.

• Desvío del tránsito pesado por Ruta 67, como alternativa para liberar la zona urbana.

• Colocación de radares y fotomultas en tramos críticos, especialmente entre El Picadero y la primera rotonda de ingreso al casco viejo.

• Instalación de señalización, lomos de burro y cartelería homologada.

Cimolai remarcó que el sector más conflictivo es el tramo entre la zona del Parque Industrial y el casco urbano, donde se concentran los accidentes más trágicos.

“Tenemos que ser severos y usar todas las herramientas disponibles para controlar la velocidad”, sostuvo.

Centenario ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, con más barrios, empresas y obras sobre la Ruta 7. “Hace dos años no había ni líneas pintadas ni banquinas. Hoy la ruta está en mejores condiciones, pero eso no frena las imprudencias”, agregó el intendente.

Además, llamó a establecer un acuerdo integral con el sector productivo para delimitar accesos, ingresos y circulación segura en torno a Vaca Muerta.