Autoridades sanitarias informaron que se registraron más de cincuenta asistencias durante la caminata, además de tres derivaciones médicas. La movilización de fieles desde Neuquén capital hasta Centenario se desarrolló bajo un clima cálido que complicó la resistencia de algunos participantes, en especial adultos mayores y personas con problemas de salud previos.
El operativo de emergencia dispuso de cuatro ambulancias y cinco unidades de respuesta inmediata para cubrir todo el trayecto. La coordinación estuvo a cargo de la Secretaría de Emergencia y Gestión de Riesgo, junto con equipos médicos locales y voluntarios de diversas organizaciones.
El caso más delicado ocurrió durante la misa central, cuando un hombre sufrió un cuadro cardíaco y debió ser trasladado de urgencia al Hospital Dr. Natalio Burd. Su situación generó preocupación en medio de la multitud, aunque rápidamente fue atendido por personal especializado que activó el protocolo correspondiente.
La secretaria de Emergencia, Luciana Ortiz Luna, confirmó que la mayoría de las asistencias estuvieron vinculadas a cuadros de deshidratación, golpes de calor y mareos. También señaló que la magnitud de la convocatoria exigió un despliegue superior al de años anteriores, con un equipo multidisciplinario en distintos puntos del recorrido.
La peregrinación, que lleva más de cuatro décadas de tradición en la provincia, volvió a ratificar la fe de miles de familias que caminaron con consignas de esperanza y agradecimiento. Sin embargo, el fuerte calor y la extensión del trayecto pusieron a prueba la capacidad de respuesta de los equipos de salud.
Voluntarios y agentes de seguridad colaboraron activamente para ordenar la circulación y asistir a los fieles que presentaban dificultades. La articulación entre organizaciones religiosas, sanitarias y de seguridad fue clave para evitar mayores complicaciones durante el masivo evento.
La jornada cerró con la misa en el santuario, donde se pidió por la unidad, la paz y la salud de la comunidad. La presencia de miles de fieles reafirmó el carácter popular de esta celebración, que combina fe, tradición y organización comunitaria en la región del Alto Valle.