
Horas después del primer episodio, el ingreso de personal policial de la Comisaría 52 al colegio y los gritos en los pasillos encendieron la alarma entre docentes, alumnos y familias. Los efectivos, junto a directivos y personal de seguridad escolar, actuaron con extrema cautela para resguardar a todos los presentes.
Tras una inspección exhaustiva, la Policía localizó la pistola de aire comprimido en la mochila de una alumna, dentro de uno de los baños de la institución. El arma fue inmediatamente secuestrada y puesta a disposición de peritajes.
Por lo ocurrido tomó intervención la Unidad Fiscal de Delitos Juveniles, a cargo del fiscal Carlos Gómez, que dispuso la apertura de una causa para investigar el caso. La madre del menor involucrado fue notificada de la situación.