
Un vecino de la zona centro oeste de Neuquén denunció haber sufrido tres robos consecutivos en su vivienda durante el último fin de semana. El damnificado, identificado como Miguel, relató que el delincuente aprovechó su ausencia familiar para ingresar en reiteradas ocasiones y llevarse objetos de valor, bicicletas y pertenencias personales. La situación encendió la alarma entre los habitantes del barrio, quienes aseguran que la inseguridad se ha vuelto cotidiana.
En diálogo con Radio 7, Miguel explicó que los hechos ocurrieron entre la madrugada del viernes y el mediodía del domingo, mientras se encontraba con su familia en la zona de Marimenuco. Al regresar a su hogar, notó la ausencia de varias bicicletas y, al revisar las cámaras de seguridad instaladas en la vivienda, constató que un individuo había ingresado en tres oportunidades, forzando accesos y revisando incluso el interior de un vehículo estacionado.
Las grabaciones muestran que el ladrón actuó con total impunidad: primero entró a las 2 de la mañana del viernes, luego el sábado alrededor de las 5, y finalmente el domingo al mediodía, permaneciendo en el lugar por más de una hora. Durante la última incursión, el intruso intentó forzar una puerta trasera y sustrajo relojes, obras y otros elementos de valor. El vecino advirtió que la osadía del delincuente generó temor en toda la cuadra.
El afectado explicó que no se trata de un hecho aislado, ya que otras viviendas de la misma manzana también fueron blanco del mismo delincuente. Una vecina sufrió la sustracción de una bicicleta y otra denunció la pérdida de pertenencias similares. “Se ve claramente que entra por atrás, revisa todo y vuelve a llevarse cosas como si nada”, sostuvo Miguel en diálogo con la prensa local.
Ante la situación, los vecinos decidieron organizarse por su cuenta. Crearon un grupo de WhatsApp para alertarse entre sí y permanecer atentos durante la madrugada. Según explicaron, la policía fue notificada a través de una denuncia formal, pero los vecinos señalaron que no obtuvieron respuestas concretas ni acciones inmediatas que garantizaran mayor seguridad en el barrio.
El relato también expuso un trasfondo social: señalaron a personas en situación de calle que pernoctan en el museo cercano como posibles responsables de los robos. Miguel aseguró que los vecinos ya identificaron al delincuente, a quien ven pasar a diario frente a las viviendas, lanzando insultos y amenazas. Esta situación generó una mezcla de impotencia y miedo, ya que consideran que la exposición pública de sus reclamos los convierte en blanco de represalias.
La preocupación aumenta porque en el momento del tercer ingreso estaba en la casa el suegro del denunciante, quien afortunadamente se encontraba protegido por rejas en las puertas y ventanas. “Si hubiese ingresado, no sabemos qué podría haber pasado”, advirtió Miguel, remarcando que el episodio podría haber tenido consecuencias más graves.
Frente a estos hechos, los vecinos insisten en la necesidad de mayor presencia policial y políticas de seguridad efectivas en la zona centro oeste de la ciudad. Mientras tanto, la comunidad se mantiene en estado de alerta y solicita que las autoridades tomen medidas urgentes para frenar una escalada delictiva que, según afirman, amenaza cada vez más la tranquilidad del barrio.