El fondo de inversión ofreció 63 dólares por acción, un valor que implica una prima del 30% respecto al promedio de las últimas dos semanas. La transacción fue aprobada por unanimidad por el directorio de Skechers.

Las acciones de la compañía se dispararon un 25% este lunes, alcanzando los 61,56 dólares en Wall Street.

Tensión comercial y costos crecientes

Aunque el comunicado oficial no menciona el conflicto arancelario, la venta se da mientras Trump impulsa un nuevo paquete de medidas proteccionistas. En abril, incrementó al 125% el arancel para importaciones desde China, justo después de que el país asiático subiera sus tasas al 84% para productos estadounidenses.

Skechers, que obtiene dos tercios de sus ingresos fuera de EE.UU. y 15% en China, aún fabrica gran parte de su calzado en Asia. Según el director financiero John Vandemore, la empresa evalúa “optimizar sus fuentes” y “repartir costos con proveedores” para mitigar el impacto. “Con una tasa efectiva del 159%, importar desde China se volvió prohibitivo”, afirmó.

Una marca global que cambia de manos

Skechers cuenta con 5.300 locales en el mundo, 1.800 propios, y generó en 2024 ingresos récord por USD 9.000 millones, con una ganancia neta de USD 640 millones.

A pesar del cambio de control, la compañía mantendrá su sede en Manhattan Beach, California, y será dirigida por el actual presidente y CEO Robert Greenberg y su equipo.

La privatización de Skechers representa una jugada estratégica de 3G Capital —conocido por su participación en empresas como Burger King y AB InBev— y refleja el creciente peso de firmas latinoamericanas en operaciones globales.

El cierre definitivo de la adquisición está previsto para el tercer trimestre de 2025.