El Observatorio de Sismicidad Inducida advirtió que el 80% de los temblores están vinculados a la actividad de la fractura hidráulica.
Un nuevo sismo de magnitud 3.0 sacudió la zona de Bajada del Palo Oeste este domingo 22 a las 4:48 am, con epicentro a 24 kilómetros al noreste de Añelo y a solo 7 kilómetros de profundidad. El sismo fue detectado por el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) y se suma una seguidilla de temblores registrados durante el mes en distintas áreas de Vaca Muerta.
El sismo ocurrió muy cerca de un equipo de fractura hidráulica operado por la empresa Vista, lo que refuerza la teoría del Observatorio de Sismicidad Inducida sobre la relación directa entre la técnica de extracción y los movimientos sísmicos superficiales. En total, ya se contabilizaron 40 sismos en lo que va de 2025 en la provincia de Neuquén, de los cuales 32 fueron inducidos por la fractura hidráulica.
Las zonas más afectadas en las últimas semanas fueron Aguada del Chañar, Bajada del Palo y el entorno de Sauzal Bonito, todas con una alta concentración de equipos de perforación no convencionales. En estas áreas se registraron al menos 15 eventos en menos de un mes, incluidos varios sismos ocurridos con pocas horas de diferencia.
Javier Grosso, integrante del Observatorio en diálogo con Radio 7 explicó: “En los últimos 15 días tenemos tres zonas donde está temblando bastante. Una es a 45 km al noeste de Añelo, en Aguada del Chañar donde hubo una secuencia de ocho sismos. Después más cerca de Añelo, en Bajada del Palo hubo tres sismos, dos el mismo día. Otro al norte de Sauzal Bonito y al oeste de Añelo”.
Aunque las magnitudes de los sismos se mantienen en niveles bajos, entre 2.5 y 3.0 en la escala de Richter, la escasa profundidad de estos sismos representan un riesgo para las comunidades cercanas. En localidades como Sauzal Bonito, se llevan adelante la construcción de viviendas antisísmicas, debido al daño que sufrieron las estructuras con los constantes movimientos de suelo.
“Si analizamos hacia atrás, en los últimos meses la fractura de Vaca Muerta terminará siendo el primer trimestre de un año con mayor cantidad de sismicidad inducida. El caso de ayer fue de 3.0 y el viernes 2.5 que son magnitudes bajas pero son tan superficiales que tienen el potencial de causar efectos en la superficie” indicó Grosso.
Sin embargo, aunque las magnitudes sean reducidas, su escasa profundidad los vuelve potencialmente más dañinos. A diferencia de un temblor similar en zonas como Domuyo o Caviahue, donde la actividad sísmica ocurre a 200 km bajo tierra y pasa prácticamente desapercibida, estos eventos tan superficiales sí pueden trasladar la energía liberada hacia la superficie y afectar infraestructuras cercanas.
“Son superficiales, y eso significa que tienen mayor potencial de dañar estructuras, especialmente en zonas como Sauzal Bonito, donde las viviendas son precarias y muchas promesas oficiales aún no se cumplieron” agregó Grosso.
Solo 12 de las 60 casas antisísmicas prometidas en 2023 fueron terminadas y entregadas, mientras la construcción del resto avanza con lentitud. Grosso remarcó que el Estado se enfocó en la construcción de viviendas antisísmicas para las personas afectadas con las estructuras quebradas.
“El Estado construye viviendas antisísmicas, se hace cargo de este pasivo ambiental que generan las empresas, pero en ningún momento le asignó la responsabilidad a las empresas. La misma Techpetrol pone dinero en Fortín de Piedra para la construcción de viviendas, quedando totalmente fuera de la discusión” agregó Grosso.
Desde el Observatorio reclamaron una planificación integral que incluya educación sísmica, monitoreo permanente, construcción de infraestructura resistente y mecanismos legales que permitan tipificar los impactos ambientales inducidos. Advirtió además que la expansión de Vaca Muerta continuará al menos por dos décadas más, lo que hace indispensable avanzar en medidas concretas.
