Los trabajadores municipales de Zapala, agrupados en ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), han decidido acatar la conciliación obligatoria impuesta por la subsecretaría de Trabajo. Este paso se da en medio de un conflicto laboral que se fue intensificando desde mediados de septiembre, marcado por diversas demandas que los trabajadores esperan resolver a través del diálogo y la negociación.
Esta acción incluyó la liberación de la mercadería almacenada en el matadero, así como la apertura de los portones del corralón, desde donde se desplazan los camiones de recolección de residuos. Estos gestos han sido interpretados como una señal de buena voluntad en el contexto del proceso de diálogo que se espera.
José ‘Memo’ Sierralta, delegado de ATE Zapala, confirmó esta decisión y expresó que están aguardando la confirmación de la fecha y lugar de la primera reunión de negociación. Además, manifestó su deseo de que esta reunión sea llevada a cabo en Neuquén y cuente con la presencia del subsecretario de Trabajo, para asegurar un enfoque serio y efectivo en las discusiones.
En el centro de este conflicto se encuentran demandas fundamentales de los trabajadores municipales de Zapala. Estas incluyen una recomposición salarial, la actualización de salarios a través del índice de precios al consumidor (IPC) que el gobierno provincial aplica, la regularización laboral de 24 empleados contratados, la convocatoria a concursos para cubrir 55 vacantes y la formulación de un convenio colectivo de trabajo.
Sierralta subrayó que la Municipalidad cuenta con un total de 777 empleados de planta permanente y 24 contratados, a quienes están instando a que pasen a planta permanente. Además, mencionó que hay cerca de 900 monotributistas, cooperativas y 450 contratos en planta política en la institución.
Sobre el conflicto
Este se desencadenó el 13 de septiembre, cuando ATE Zapala solicitó al Concejo Deliberante una urgente recomposición salarial, argumentando que los trabajadores habían perdido el 75 por ciento de su salario debido a acuerdos desfavorables entre el intendente Carlos Koopmann y tres sindicatos municipales. Desde entonces, los manifestantes bloquearon el acceso al matadero y al corralón municipal, buscando abrir un canal de diálogo con las autoridades locales para abordar sus demandas.